Hemos visto en la lección anterior el funcionamiento y las aplicaciones de la tecnología de hidrofresa. Es el momento de profundizar en las ventajas que ofrece sobre los métodos convencionales de ejecución, por ejemplo: continuidad en la excavación, capacidad de perforar terrenos duros y rocas, verticalidad…
En un post del blog ya comentamos en su día las ventajas del sistema. Las repasamos:
Capacidad de ejecutar muros pantallas en suelos duros y sustratos rocosos, de hasta más de 150 MPa de resistencia a compresión simple, en los que la utilización de sistemas convencionales no sería viable o implicaría contar con varias unidades de excavación. Además, debido a la existencia de distintas tipologías de hidrofresa, ruedas y diente de corte, la técnica puede adaptarse sin problema a todo tipo de terrenos.
El procedimiento de excavación de la hidrofresa, que combina rotación y empuje, minimiza las vibraciones perjudiciales para el entorno y permite el trabajo junto a edificios colindantes o estructuras sensibles. En este tipo de obras, si existe además limitación de gálibo, pueden emplearse equipos de hidrofresa de dimensiones reducidas (menos de 5 m de altura).
Capacidad de abordar excavaciones profundas, incluso de más de 100 m, gracias a las especificaciones del equipo y a los sistemas de control y corrección de desviaciones instalados en el bastidor de la máquina. Estos dispositivos permiten mantener las desviaciones por debajo del 0.50%, un límite difícil de alcanzar con equipos tradicionales de cuchara.
El proceso de excavación y las tolerancias de verticalidad indicadas suelen llevar consigo menores sobreconsumos de hormigón que los que se obtienen con métodos convencionales.
Posibilidad de crear juntas entre paneles por solape, de hormigón contra hormigón, que ofrecen un buen resultado en determinadas aplicaciones y que no requieren la utilización de encofrados junta metálicos.
Vertido localizado del material excavado en la planta de desarenado, que evita el tránsito de equipos de carga y camiones por la plataforma de trabajo. Este material tiene además un contenido de humedad muy bajo tras pasar por el ciclo de desarenado, lo que facilita su transporte a vertedero o su eventual reutilización.